Soy Jesús Patón
Y hacer viajes en el tiempo… es mi forma de vida.
Cuando conozco a alguna persona nueva en mi entorno y me pregunta a que me dedico, no puedo evitar contestar “A la historia”, a continuación me dicen, ¡claro! ¿Eres historiador? La verdad es que no soy historiador, tampoco arqueólogo, pero lo que si soy es un amante de la historia, de las aventuras y desventuras que debieron vivir nuestros antepasados.
Una historia que nace en Escocia
En el año 2004 me cansé de mi forma de vida y de mi trabajo en España, necesitaba aire fresco y más fresco que en el Norte, no se puede estar, dejé todo de lado y me fui a pasar lo que pensaba que sería una corta estancia en Escocia para buscarme la vida
Allí tuve la suerte de topar con un grupo maravilloso de personas, Charlie Allan y su organización Clanranald Trust for Scotland, dedicados al estudio de artes marciales con armas de la antigua Europa, gracias a ellos, me formé, encontré mi vocación y pude vivir el cariño que tienen los escoceses por su historia y a sus tradiciones, me integré tanto en su cultura, que algunos de mis amigos de allá me decían “Jesús, eres más escocés que los escoceses”
Volver a casa con la mochila llena
Con el tiempo, me di cuenta de que en mi país no había nada de esa envergadura y sentía una profunda pena, España con su gran riqueza histórica y tan desaprovechada.
Después de cinco años viviendo allí, en mi casita de dos plantas con jardín, mi buen coche, un trabajo estupendo y con dinero de sobra, me di cuenta de que me estaba dedicando a lo correcto, pero en el lugar equivocado. Así que regalé lo que no me podía llevar y volví a España, la idea, empezar a crear un modelo como el que aprendí allí y del que carecíamos aquí.
Vivir de una pasión
Comenzaron a contratarme para dar conferencias divulgativas ya que mi estilo cercano, en ocasiones humorístico y sobre todo didáctico y ameno, ayudaba a los oyentes a romper la frontera entre en mundo académico y el de la gente de la calle. Entonces comprendí que era muy importante empezar a crear esa simbiosis entre divulgadores amenos y entretenidos y el mundo de los académicos.
Decidí que no volvería a trabajar en ningún lugar que no respetase los principios en los que me baso para hacer mi trabajo, eso me llevó a ser muy selectivo con mis clientes, pero también a tener mejores trabajos y mejor pagados, este proceso de autoafirmación en mis objetivos, también me llevó a un nuevo momento creativo, mis conocimientos enfocados directamente al ámbito educativo, estaba mucho más cerca de lo que pensaba del punto de madurez necesario para poner en práctica lo que vi en Escocia y que tanta envidia sana me dio.
Poco a poco, también he conseguido apoyos importantes para mis proyectos, historiadores, arqueólogos y otros divulgadores, que comparten conmigo, que nuestra historia, la tenemos que cuidar, que necesitamos convertirla en algo dinámico, entretenido, atractivo y proactivo. Simplemente, que ya está bien de odiar nuestra historia, solamente porque la convirtieron en algo tremendamente aburrido, cuando es algo que no solo puede ser divertido, si no apasionante.